En una tensa jornada en Madrid, el 20 de diciembre, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, ha lanzado una grave advertencia sobre el peligro potencial de una escalada mayor en el conflicto de Oriente Próximo. Esta declaración se produce en el contexto de recientes bombardeos llevados a cabo por el Ejército israelí dirigidos a lo que se han descrito como objetivos relacionados con los rebeldes hutíes en Yemen, y que han resultado en la trágica pérdida de al menos una decena de vidas.

En un comunicado oficial, Guterres enfatizó que "los ataques aéreos de hoy" están contextualizados en un año de creciente agresión por parte de los hutíes en el mar Rojo y sus alrededores, lo que genera preocupaciones no solo para la población civil y la estabilidad de la región, sino también para la libertad de navegación en estas aguas cruciales.

El líder de la ONU proporcionó detalles sobre cómo los bombardeos israelíes que han impactado puertos y centrales eléctricas en Yemen han causado "daños significativos" en la infraestructura de los puertos del mar Rojo. Esta devastación amenaza con restringir la capacidad operativa de los puertos de inmediato, lo cual es aún más relevante tras los recientes ataques de la insurgencia hutí que han impactado en Israel, causando daños en una escuela.

La preocupación de Guterres se traduce en una súplica por la moderación entre las partes implicadas: "Es imperativo que ambas partes respeten sus obligaciones bajo el Derecho Internacional Humanitario", instó, subrayando la necesidad de proteger a los civiles y su infraestructura durante este lamentable conflicto.

Además, el secretario general del organismo internacional advirtió que las acciones actuales no solo complican la situación en el terreno, sino que también pueden dañar los esfuerzos de mediación del enviado especial Hans Grundberg, quien busca lograr una solución política al prolongado conflicto en Yemen. En su mensaje final, Guterres reiteró su firme solicitud para que sean liberados de inmediato y sin condiciones todos los miembros del personal de la ONU y otros ciudadanos detenidos arbitrariamente por los hutíes.