La Policía y la Fiscalía de Alemania han llevado a cabo una operación a gran escala contra activistas de la organización ecologista Letzte Generation (Última Generación), a los que consideran una organización criminal.
La operación ha incluido 15 registros a primera hora de la mañana y está relacionada con una serie de imputaciones que se remontan al año pasado. Aunque no hay detenidos, siete personas de entre 22 y 38 años han sido imputadas por formar parte o apoyar una organización criminal.
La investigación se centra en una campaña de recaudación de fondos que habría permitido a la organización recabar al menos 1,4 millones de euros. Sin embargo, las autoridades no han aclarado qué cantidad de fondos han sido incautados en la operación.
La ministra del Interior, Nancy Faeser, ha defendido la operación, mientras que la cúpula de Última Generación ha cargado con dureza contra ella. Los registros incluyen la vivienda de la principal portavoz del grupo, Carla Hinrichs.
Otra portavoz, Aimée van Baalen, ha llamado a los ciudadanos a protestar en la calle contra estas medidas y ha afirmado que no tendrán miedo a posibles represalias.
La organización ha promovido acciones de desobediencia civil como cortes de tráfico y movilizaciones en actos políticos. En octubre del año pasado, varios activistas arrojaron puré sobre un cuadro de Claude Monet en un museo situado a las afueras de Berlín.
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