Más de 20.000 haitianos escapan de Puerto Príncipe en cuatro días debido a la violencia de pandillas, informa la ONU.

En un alarmante giro de eventos en Haití, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), organismo de la ONU, ha denunciado que más de 20.000 personas han abandonado la capital, Puerto Príncipe, en el transcurso de apenas cuatro días. Esta dramática huida se debe a un aumento significativo de la violencia por parte de pandillas, lo que ha llevado al país a una crisis humanitaria sin precedentes.
De acuerdo con los datos proporcionados por la OIM, más de 17.000 de estas personas se encuentran actualmente alojadas en 15 campamentos destinados a desplazados. La situación humanitaria, ya crítica, se ha visto exacerbada por este incremento en el desplazamiento forzado, generando una demanda urgente de asistencia y recursos adecuados.
Grégoire Goodstein, jefe de la OIM en Haití, ha enfatizado en un comunicado que “el aislamiento de Puerto Príncipe está amplificando una situación humanitaria ya de por sí terrible”, destacando los obstáculos significativos que enfrentan los trabajadores humanitarios para llegar a las comunidades afectadas. Esta dificultad ha puesto de relieve la necesidad de una respuesta coordinada y eficiente para mitigar el sufrimiento de los más vulnerables.
El incremento de la violencia también ha tenido repercusiones graves en las cadenas de suministro, lo que ha dejado a la ciudad en un estado de aislamiento crítico. Las preocupantes circunstancias incluyen el cierre del tráfico aéreo, que ha sido impactado por tiroteos selectivos contra aviones comerciales, así como las restricciones en el acceso al principal puerto marítimo y el control de las carreteras por parte de grupos armados, lo que contribuye a una paralización general en la región.
Desde el inicio de 2024, se han registrado casi 4.000 muertes relacionadas con actividades de pandillas, y la violencia de género, en particular, ha escalado a niveles alarmantes, incluyendo un aumento notable de la violencia sexual. Esta espiral de violencia no solo es un desafío inmediato, sino que también plantea un futuro incierto para la estabilidad del país.
Frente a esta alarmante situación, la OIM ha lanzado un llamado urgente para incrementar la financiación de las operaciones humanitarias, señalando que el plan de respuesta de la ONU se mantiene solo al 42 por ciento de su meta de 674 millones de dólares. Este déficit pone en riesgo la efectividad de la asistencia que se puede ofrecer a aquellos que más lo necesitan.
Contextualizando la crisis política en el país, Haití se encuentra sin un presidente desde que en julio de 2021 un grupo armado asesinará a Jovenel Moise en su residencia oficial. Desde entonces, Ariel Henry asumió el cargo de primer ministro en medio de un clima de incertidumbre y críticas, pero su mandato llegó a su fin en marzo de este año debido a la creciente ola de violencia que ha sacudido la nación caribeña.
Posteriormente, el Consejo Presidencial de Transición nombró a Garry Conille como jefe de Gobierno con la tarea de llevar a cabo la pacificación del país. Su gabinete ha hecho un anuncio significativo sobre la creación de un Consejo Electoral Provisional, con el objetivo de organizar las primeras elecciones en una década, un paso que podría ser crucial para la recuperación política del país.
Además, el pasado 8 de octubre, Leslie Voltaire fue designado presidente del Consejo por un periodo de seis meses, lo que añade otra capa en esta compleja situación política. Mientras Haití enfrenta múltiples crisis interrelacionadas, la comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos y la capacidad del país para encontrar el camino hacia la estabilidad y la paz.
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