El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, ha querido dejar claro que la entidad no está interesada en realizar adquisiciones hostiles. Durante su intervención en el foro 'World in Progress', el líder bancario reflexionó sobre la reciente oferta pública de adquisición (OPA) de BBVA, manifestando que el equipo directivo esperaba que esta oferta alcanzara un 30% de aceptación. Sin embargo, tras tres días de trabajo enfocado en esta operación, se dieron cuenta de que sus esfuerzos habían sido en vano.

Oliu, quien encabezó un pequeño equipo encargado de gestionar la OPA junto con abogados y otros directivos, lamentó el tiempo perdido en un proyecto que resultó ser más complicado de lo esperado. A pesar de los esfuerzos coordinados, el ejecutivo indicó que la oferta no tuvo el desenlace esperado y atribuyó su fracaso a la falta de una estrategia adecuada por parte de BBVA, que no incrementó significativamente el precio de su propuesta.

Reflexionando sobre su trayectoria, Oliu destacó que, a lo largo de su presidencia, ha estado al frente de numerosas fusiones y adquisiciones pactadas, dejando claro su compromiso de evitar cualquier movimiento hostil en el futuro. Según sus palabras, Banco Sabadell no tiene planes de embarcarse en operaciones corporativas agresivas en el corto plazo. El enfoque, argumentó, estará en el crecimiento orgánico y en fortalecer su base de negocio sin emperrarse en la expansión desmedida.

Oliu también subrayó la importancia de la rentabilidad y la generación de capital en los planes futuros del banco. Anunció que se prevé devolver a los accionistas un exceso de capital, junto con dividendos que representarán el 40% del valor del banco, subrayando así el compromiso de la entidad con sus inversores.

Respecto a la necesidad de un grupo sólido de accionistas para protegerse de futuras OPAs, el presidente afirmó que el verdadero bastión de un banco reside en sus resultados robustos y en las perspectivas de crecimiento, además de mantener una cotización estable y favorable en el mercado.