En la isla de Reunión, un territorio francés del océano Índico, las autoridades están enfrentando una alarmante crisis de salud pública debido a la rápida propagación del virus chikungunya. Desde el comienzo del año, más de 33.000 personas han sido diagnosticadas con esta enfermedad, y lamentablemente, seis vidas se han perdido en este periodo.

El chikungunya, un virus transmitido por mosquitos, provoca síntomas severos que incluyen fiebre súbita y dolores intensos en las articulaciones, lo que puede llevar a complicaciones crónicas para muchos afectados. Según el Ministerio de Salud Francés, los fallecidos eran adultos mayores, de más de 70 años, quienes además padecían de condiciones de salud preexistentes.

A pesar de estos datos, el avance de la epidemia parece fuera de control. Gérard Cotellon, director de la Agencia Regional de Salud, ha señalado que las estimaciones oficiales podrían ser significativamente inferiores a la realidad, sugiriendo que el número total de contagios podría superar los 100.000 casos.

El director general del Hospital Universitario de La Reunión, Lionel Calenge, ha expresado su preocupación, indicado que los escenarios predecidos por los epidemiólogos sobre el pico de la epidemia están ya aquí. En declaraciones realizadas a la emisora RMC, advirtió que los centros de salud locales han estado recibiendo entre 30 y 40 nuevos pacientes diariamente, lo que ha llevado la ocupación de camas a niveles críticos, sobrepasando el 95 por ciento.