En un giro sorprendente de los acontecimientos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha compartido un mensaje conciliador hacia China y su líder, Xi Jinping, indicando este domingo que el país norteamericano tiene la intención de brindar apoyo en lugar de dañar a su contraparte asiática.

En su cuenta de Truth Social, la plataforma que él administra, Trump expresó su optimismo: "No se preocupen por China. ¡Todo estará bien! El presidente Xi, altamente respetado, está atravesando un momento difícil. No desea que su nación sufra una crisis económica, y yo tampoco. ¡Estados Unidos desea ayudar a China, no hacerle daño!".

Este cambio de tono es notable, considerando que hace poco Trump había señalado a China por sus acciones “siniestras y hostiles” en lo que respecta a los controles sobre la exportación de tierras raras. En ese momento, acusó a Pekín de intentar “tomar al mundo como rehén” y propuso un “aumento significativo de los aranceles” sobre productos provenientes de China.

Por otro lado, el Ministerio de Comercio chino ha hecho un llamado a Washington para que "corrija rápidamente sus prácticas erróneas" y proponga "consultas en igualdad de condiciones". “No deseamos una guerra arancelaria, pero tampoco le tememos”, agregó la entidad.

Además, Pekín ha advertido que si Estados Unidos continúa por la senda errónea en materia de aranceles, tomarán “medidas drásticas” para proteger sus intereses. Ha aclarado que los controles en las exportaciones no equivalen a una “prohibición de exportaciones”, asegurando que existirá la posibilidad de obtener licencias para usos civiles y humanitarios.

Es importante recordar que China tiene control sobre casi el 70% de la minería de tierras raras a nivel global y alrededor del 90% de la industria de procesamiento de estos recursos. Estos elementos son esenciales en la producción de tecnologías modernas, desde turbinas de aeronaves hasta teléfonos inteligentes y vehículos eléctricos.