OVIEDO, 21 de octubre. La renombrada fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025, expresó su admiración por España durante una rueda de prensa celebrada en Oviedo. “España me fascina y estoy ansiosa por continuar mi trabajo aquí”, compartió con una sonrisa.
El reconocimiento que recibirá este viernes en Asturias fue el telón de fondo para que Iturbide reflexionara sobre su conexión con el país, evocando la emoción que sintió al ser testigo de los rituales locales durante una visita a El Rocío. Recordó una anécdota conmovedora donde, tras dormir en el suelo, un hombre gitano conmovido por su situación le ofreció dinero para que pudiera tomar un café.
“Soy mestiza, con raíces profundas en España, y siento un amor igualmente fuerte por México”, dictaminó con entusiasmo Iturbide, quien se mostró profundamente agradecida por el premio, expresando su gratitud con sinceridad: “Este reconocimiento significa mucho para mí”.
En cuanto al futuro de la fotografía en la era digital, la artista se mantiene optimista. Destacó que, a pesar de las transformaciones, la fotografía analógica no desaparecerá, ya que muchos fotógrafos que inicialmente se pasaron al digital han vuelto a las técnicas tradicionales. “La fotografía es un campo en constante evolución, pero la esencia perdura”, afirmó.
La elección de trabajar con fotografía analógica tiene un significado personal para Iturbide. “Hay dos momentos clave en mi proceso: el asombro ante lo que veo y la reacción hacia lo que he capturado”, explicó, enfatizando su apego a los rituales de revelado y papel, una práctica que considera fundamental en su proceso creativo.
Iturbide también se distanció de la etiqueta del "realismo mágico", asegurando que son categorías impuestas que no reflejan su obra. “Son etiquetas que nos colocan los europeos, y no se ajustan a la complejidad de nuestra realidad”, expresó, instando a mirar más allá de las clasificaciones superficiales para entender su trabajo y la cultura latinoamericana.
En relación a su experiencia como mujer en el ámbito de la fotografía, Iturbide fue clara: “No he enfrentado ninguna dificultad por ser mujer. Al contrario, he disfrutado de mi labor y siempre he encontrado apoyo en los lugares que he visitado”, subrayando su identidad como feminista.
Nacida el 16 de mayo de 1942 en la Ciudad de México, Iturbide inició su camino en el mundo del cine en 1969 en la UNAM, pero su encuentro con el trabajo del fotógrafo Manuel Álvarez Bravo la condujo hacia la fotografía. Su carrera se consolidó al ser asistente de Bravo entre 1970 y 1971.
Con una mirada innovadora, Iturbide ha capturado la complejidad social no solo de México, sino también de diversas localidades a lo largo de su carrera. Su obra ha estado marcada por viajes a lo largo de Latinoamérica, en especial en Cuba y Panamá, y recibió el encargo del Archivo Etnográfico del Instituto Nacional Indigenista de México en 1978 para documentar a las comunidades indígenas, dando nacimiento a obras emblemáticas como “Juchitán de las mujeres” en 1989.
Su trayectoria continúa enriqueciendo el panorama cultural con proyectos realizados en lugares tan diversos como Cuba, Alemania Oriental, India y Estados Unidos. A lo largo de los años, su enfoque ha evolucionado, explorando nuevas direcciones visuales que revelan la esencia humana a través de su distintiva técnica en blanco y negro. Iturbide cuenta con numerosas exposiciones en instituciones de renombre mundial y ha sido reconocida con múltiples premios por su aportación al arte y la cultura.
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